6 de agosto de 2012

EL PLACER DEL PECADO... CAPÍTULO 13

EL PLACER DEL PECADO

"Esta es la historia de dos jóvenes prohibidos desde el mismo instante de su creación.
Una historia de amor fraternal destinada a un caótico fin.
Un amor que simplemente es cenizas antes de que el fuego se encienda.
Un amor corrompido, repudiado, condenado… Un amor de pecado".

***

Capítulo 13

***


CANCIONES DEL CAPÍTULO: 


Miles - Christina Perri
4 in the morning -Gwen Stefani
Storm - Lifehouse


***

Vacío.
Así sentían sus corazones a medida que la distancia se hacía a cada paso más y más grande.
Corazones partidos.
Latidos quebrados.
Dolor desgarrante.
Herida que supuraba.
Y el llanto amargo y calcinante de desbordó al mismo instante en el que el avión partía, perdiéndose trágicamente en el cielo, escondiéndose demasiado pronto entre las nubes que poblaban el cielo gris tan característico de aquel lugar.
Isabella sentía que de pronto sus piernas pesaban plomo ya que cada paso que daba era una completa agonía de hacer. Era como si sus músculos ya no le respondieran a ella.
Un hilo se había cortado en ella en aquel lugar, y ella no encontraba la fuerza de averiguar que era exactamente en aquellos momentos.
La pregunta adecuada no debería ser ¿Qué? Sino ¿Quién? ¿Quién había cortado los hilos de su cuerpo para que este ya no le respondiera a ella? ¿Alguna vez le habían respondido verdaderamente a ella acaso?
Ahogo.
Oxígeno.
Falta.
Su cerebro se nublaba de pronto por la falta de oxígeno ya que en su pecho se había instalado tal opresión que hasta se le dificultaba respirar.
¿Qué demonios le pasaba? Pensaba ella mientras veía como cada figura frente a sí se perdía de foco por momentos que cada vez eran más prolongados.
Hasta que ya no lo pudo disimular más y dejó que su cuerpo se rindiera a la carga. Dejó que aquellos de pronto demasiados pesados párpados cayeron por fin poniendo un manto de oscuridad que ella en cierto aspecto agradecía ya que le ayudaba a no enfrentar aquella horrible realidad que de ahora en más le tocaría vivir cada día.
Una realidad donde él no estaría.
Una en donde no vería su sonrisa ni sus muecas de fastidio con el mundo.
Una donde no vería sus indomables cabellos brillar en los débiles rayos de sol o cuando estaban húmedos y desordenados tras darse una reparadora ducha.
No escucharía ya por un demasiado largo tiempo como aquellos magistrales dedos paseaban haraganes por las hermosas teclas de marfil de su piano de cola que, por más que ello negara ella sabía que aún muy de vez lo tocaba pues lo había visto sin siquiera ser notada.
No verlo.
Dolor.
No hablarle.
Sufrimiento.
No escucharlo.
Abismo.
No sentirlo.
Agonía.
Su débil mente no resistió la verdad tras aquel evento y se refugió en las profundidades oscuras de la inconsciencia, abrazándose a ella.
Ella ni siquiera notó cuando su padre llegó a tomarla justo a segundos de que su cabeza estrellara contra el coche. No notó como Esme gritaba medio histérica por no saber que pasaba con ella. Ella no supo nada, y lo peor… era que en aquellos momentos tampoco le importaba. No le importaba nada más que el querer partir tras la persona que en dos segundos había puesto su mente y corazón de cabeza. No le importaba más que ir con la persona que desde su inconsciencia llamaba con un ruego, una plegaria… Una oración como tantas que no sería escuchada.
La mente obnubilada, atribulada de la joven no daba ya para más. Tan solo la bienvenida oscuridad la salvaría ahora de perderse en terrenos de la mente y sentimientos que en este momento no estaba realmente preparada para llegar a afrontar.
El hecho de que alguien pidiera, quisiera o rogara por entender algo no le brindaba a la mente y al corazón una fórmula mágica inmediata para hacerlo, y eso era algo que ella tendría que aprender a aceptar, a entender…
Y el sueño bendito la rescató de su ser.
.
.
Isabella despertó ya varias horas después sin comprender el entorno que la rodeaba. No entendía como era que había llegado a su recámara. No entendía el porqué de esa pesadez en su pecho. No entendía esa tristeza que la embarcaba y que se hundía un poco más a cada segundo que pasaba en las profundidades ocultas de su pecho. Pero sobre todo no entendía esa sensación de haber perdido algo, esa sensación faltante en su cuerpo, casi como si hubiera perdido algo de sí. No lo entendía. No sabía.
Y recordó.
Recordó los últimos lamentables minutos que había estado despierta antes de que la amada inconciencia la arrastrara.
DOLOR.
¡Por Dios! Que dolor reflejó su pequeño rostro entonces. El entendimiento y la razón palpables en cada facción de su precioso y muy triste rostro.
La luna completamente blanca y llena iluminaba la penumbra que la acompañaba tanto en su cuarto como en su alma; y ella, sin saber como ni porqué, caminó entonces hacia aquella ventana con las cortinas todavía como indicadores de niñez dejándose caer pesadamente en el banco que había estratégicamente colocado delante de ella para elevar su rostro pálido y bañado en lágrimas saladas con el propósito de dejarse llenar un poco con aquella luz y paz que siempre solía brindarle aquel astro en momentos de dolor y soledad.
Lloró en silencio por mucho, mucho tiempo.
Demasiado. Pero la tristeza y desazón no menguaba. El dolor la corroía igual de implacable que al principio de todo. Ella lo entendió, lo supo en lo más profundo de su corazón, en las profundidades latientes de sus venas… y lloró aún más. Ella no tendría paz consigo misma en lo que él no estuviera cerca. Una parte de sí se había marchado con él.
Cada lágrima era un llamado.
Cada gota cristalina era una ofrenda para un propósito.
Cada suspiro era un grito de auxilio enmudecido por la razón.
Pero el tiempo pasó, y nada ocurrió.
Las luces del alba comenzaron a despuntar en el horizonte dejando a la vista un alba gris y tormentosa -casi como ella-, pero ella no veía. Los pájaros comenzaron con su brío diario y habitual, pero ella no oía. La luz de un sol tapado por las densas y cargadas nubes rompió la quietud de la amada y pacífica noche quebrando la quietud de la oscuridad…. Y quebrando algo más de ella también.
Y allí, con la tristeza tatuada en el alma y las primeras luces del nuevo y amargo día ella se sumió en un sueño intranquilo, un sueño que era el anunciante de como sería de ahora en más.
Los minutos pasaron a horas. Las horas pasaron a días. Y los días en una sucesión de hechos con carencia de sentidos para ella.
De pronto la joven sosegada era un alma errante que vagaba en la tristeza y que solo vivía para el recuerdo, para las preguntas que formulaba su mente sobre él, sobre ella… y para su voz.
La primera llamada sucedió al día siguiente de su partida… y, como dolió el hecho de que él no quisiera hablar con ella más de dos frases totalmente obtusas. Un simple ‘hola’ y un peor ‘adiós’ fue lo único que recordó verdaderamente de esa llamada. Sin embargo, al menos podía estar agradecida de saber por medio de boca de sus padres que él allí estaba mejor. Su voz demostraba mayor tranquilidad con el correr del tiempo.
Tiempo.
Qué odiado y a la vez venerado sujeto.
Odiado porque marcaba implacable cada instante en el que él estaba lejos de ella. Venerado porque a la vez marcaba el momento en el que él regresara hacía allí. Hacia ella.
Qué estúpida fábula crea a veces la mente para mantenerse a salvo de un daño mayor.
Consciente o inconscientemente Isabella veía pasar el tiempo sin tener verdadera cuenta de él. Encerrada los confines de su mente mientras su imaginación volaba en relatos que creaba pero que nunca releía una vez terminados. Casi era como si una catarsis le nublara el juicio a la hora en el que la necesidad de escribir le imperaba.
El tiempo era errante y tortuoso en aquellos tiempos para ella.
En un principio se encontró completamente confusa y perdida, aun dentro de ella misma… pero pasó. Poco a poco fue cerrando y apagando esas insistentes preguntas que se repetían dentro de su cabeza una y otra vez. Poco a poco fue opacando esas escenas confusas de aquel día que se repetían en ella junto con sus sensaciones cada vez que cerraba los ojos. Sensaciones que la mareaban y que en cierto modo la dejaban, triste; e imágenes que la dejaban deambulando en una nebulosa por un buen rato.
Aquí no se aplicaba el viejo dicho de ‘el tiempo lo cura todo’ ¿Cómo el tiempo podría curar algo cuando él mismo es quien lo genera? Absurdo. Paradójico. Irracional.
Y el errante camino empedrado de la vida continuaba al compás de la música natural del día a día. La melodía creada por las aves en la mañana y los grillos en la noche. Melodía del correr de voces que perdían sentido dentro de su cabeza puesto que su mente solo recreaba una dentro de sí como un mantra para subsistir.
No ¿Para qué querría ella escuchar otras voces? ¿Para qué querría ella escuchar palabras que contenían hechos que no le importaban?
Diciembre.
Fin de año llegó y las festividades revivieron un poco aquel pueblo siempre gris que ahora se preocupaba de vestir sus casas con colores y luces.
Nada de eso importaba en realidad.
La noticia de que Edward no vendría a pasarlas con su familia le había quitado a Isabella la poca emoción que había conseguido obtener de un hecho tan ordinario como aquel.
¿Por qué? Se preguntaba la joven cada noche antes de cerrar los ojos y rendirse al mundo de ensueños en el que muchas veces su subconsciente la traicionaba poniendo imágenes que luego la martirizaban y la confundían.
¿Por qué le importaba tanto?
¿Por qué él no venía?
¿Tanto los odiaba a todos que ni siquiera era capaz de venir a pasar algunos escasos días con ellos cuando hacía ya meses que se había marchado?
Lágrimas saladas.
Dolor en el pecho.
Y las gritas en su pequeño corazón crecían conjunto con ella.
Las puertas de las realidades del mundo se fueron abriendo ante ella.
Ella, quien desde sus silencios observaba y callaba iba entendiendo como eran los comienzos de ser un adulto. Ella iba entendiendo -le gustase o no-, cuan doloroso pero necesario era y sería el proceso de madurar.
Porque en madurar residía el complejo sentimiento de resignación basado en la aceptación. Aceptación de los designios de la vida que fueron creados por hilos invisibles que nadie veía y que nadie podía cambiar.
Sin dudas fueron unas fiestas de lo más deprimentes. Pero nadie dijo nada. Nadie lo notó. Nadie la conocía lo suficiente como para ver como ella y su mente habían crecido en tan poco tiempo… y la única persona que lo haría era aquella que no quería verla.
Enero.
Y el nuevo año comenzó con replanteos, inquietudes y resoluciones.
A veces el engañar a la mente resulta demasiado fácil cuando pones toda tu voluntad en creer tu propia mentira.
Un beso dulce y suave de despedida a la niña que fue bastó para cerrar un capítulo de su vida.
Isabella reconoció ante sí cuan tonta había sido en haber creado y alimentado durante tanto tiempo ilusiones irrisorias ¿Cómo podría creer que ella en verdad tenía sentimientos más profundos y complejos por alguien que compartía su sangre y que había estado junto a ella desde que su memoria tenía uso de razón? ¿Cómo podía haber pensado que aquel ligero beso de despedida llevaba encerrado sentimientos más contradictorios de parte de él? ¿Cómo? Casi le daban ganas de reír hasta llorar o de patearse a sí misma por haber estado tan odiosamente confundida y perturbada por algo a lo que en realidad había sido un hecho sin importancia. Ella ignoraría esa pequeña molestia en el centro de su pecho que se formaba cada vez que se forzaba desde lo más hondo de sí a pensar en ello.
Negación.
Resignación.
Aceptación.
El ser humano es capaz de crear mundos propios e ilusorios con tal de que su intrincado diseño de vida no se vea afectado por un hecho que sin consistencia pudiera afectar todo lo creído y designado.
Isabella comenzó a ser ella de nuevo.
Su esencia había madurado pero la misma conservó aquella personalidad dulce y carismática aunque tranquila que había tenido siempre.
Comenzaba a sentirse bien con ella otra vez.
Su cuerpo florecía mientras su corazón y mente aún mantenían ligeras disputas silenciosas. Pero su alma… su alma comenzaba a sentirse ligeramente mucho más liviana que desde aquel día. Aquel día que su mente había dejado de reproducir casi compulsivamente como hacía antes. Aquel día que ya se obligaba a recordar como algo intrascendente e insustancial. Aquel día…

***

Mil gracias por todos los comentarios y muchas más por la espera ;) 
*Romy * Aleja * Iluvlil * Cindy * Nydia * Paty * Narda * Miranda * Hebe * Nanami * Adriana * Sandra*

Como siempre espero que les haya gustado... Nos leemos pronto. Besos y cuídense!!

*Guada*
¿¿¿COMENTARIOS???

13 comentarios:

  1. Guada, nena me vas a deprimir, en serio que si, pero no te preocupes tu sigue que hermoso capitulo, pero en definitiva que dolor causa la espera, y mas cuando es esa persona que anhelas tanto...Saludos y suerte en todas tus actividades diarias...ciaooo

    Cl

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  2. Hola nena me encanto,aunque es una pena que ellos siguan asi negandose a sus sentimientos....Y tranquila nena vale la pena esperar.....

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  3. buu! que triste no puedo creer como todo esto puedo ocurrir Dios, el amor es algo tan hermoso pero a la vez tan nefasta.. guadi excelente cap! me encanto *-* espero el prox ;)

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  4. Wow...que duro, que triste, me duele que estén separados, que doloroso me resulta cada emoción, cada capítulo.

    Hebe

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  5. pobres corazones!!! sufren en demasía, esta separación, los ayudara!! si, pero al mismo tiempo los lastima día a día, bells esta dejando al tiempo todo, se envuelve en el para dejar pasar ideas según ella erradas, dios q complicado!!!!! quiero mas please!!!!! te leo en el próximo!!!!! me dejas vacía!!!!!

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  6. xd cada cap me desgarra el alma esta separacion es dolorosa para ambos gracias por el cap.

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  7. cada vez la tristeza se va haciendo más grande, la soledad de los hermanos, y la de las lectoras, pero vale la pena cada palabra escrita, cada dolor y espera
    cariños.

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  8. Hola no puedo creer que pase el tiempo y Edward no regrese ojala que no tarde en darse cuenta que con huir no va a solucionar nada ojala Bella se de cuenta de lo que realmente siente Edward hasta el siguiente capitulo
    saludos y abrazos desde México

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  9. me gusto mucho el capitulo solo espero que el tiiiempooo pase muuuy rapido ya quiero que se reencuentren jijiji XD supongo que me estoy adelantando jaja saludos y como siempre un gusto leerte :D

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  10. siguela T_T !!! ya vi como van las cosas con Bella y espero saber mas, pero quiero saber que pasa con Ed!!!
    ESPERARE IMPACIENTE POR EL PRÓXIMO CAPITULO *O*!
    Muchos saludos y abrazos, te cuidas(: un gusto leerte!
    Nos vemos en el prox. cap. ^^

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  11. wawww, crei que no estabas actualizando... queria seguirte leyendo en ff pero como no actualizabas pense que no estabas actualizando aca tampoco y hoy una corazonada me hizo entrar ^^ y awwww me ha encantado COMO SIEMPRE... me encanta como escribes la manera en que narras DIOS me cargas de emociones ya te lo he dicho (creo) cada que te leo me cargo de lo qeu sienten los personajes y es wawww me quedo en un letargo... sufro por Ed por Bella que aaaaaa carayyy... espero que pronto aclaren sus sentimeintos ... no puede ser que los sigan separando perjuicios, espero que Ed este bien DIOS sufro por el no quiero que se meta en una burbuja de perdición al igual que Bella

    MIL GRACIAS POR LOS CAPITULOS, POR LA HISTORIA

    espero pronto actualización Beijos
    Merce

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  12. la estaba leyendo en fanfiction..... y así llegué aquí! jajjajajja me encanta, espero que subas pronto!
    saludos :)

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  13. me mataste!!!!!! esto es arrollador!!!!! q agonía!!!!!

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