9 de mayo de 2014

Be Mine... Just MINE (Fic KPOP; TaeKai)

DISCLAIMER
Los personajes no me pertenecen. Ellos son miembros de dos grupos de música KPOP; SHINee y EXO , ambos bajo el sello de la compañía SM.


FANDOMKPOP, grupo SHINee y EXO
PAREJA: Taemin (SHINee) y Kai (EXO)
RATED: MA (+18)
SUMMARY: La emoción tras una fiesta puede desencadenar cosas que uno jamás hubiera pensado habrían de pasar. El alcohol solo un medio para dejar a sus deseos salir a jugar.
ADVERTENCIAS: Este fic será un short fic AU, basado en la fiesta post premios MelOn Music Awards del 14/11/13 SLASH/YAOI, es decir una relación chico/chico con LEMMON (alto contenido sexual) bastante gráfico y descriptivo; por lo que, si sabes que el tema no es de tu agrado bien puedes ir buscando otra cosa para leer, ok? No quiero reclamos tontos cuando estoy poniendo bien clarito de qué va.
N/A: Jodeeeer! Admito que solté una lagrimita cuando los vi quebrarse así tras ganar ese tan ansiado premio :3 Estos chicos son mi debilidad coreana jajaja. Si quieren ver la pareja busquen en You Tube TaeKai y les va a salir videos de ellos xD Son los mejores amigos pero en ESE momento fue todo el mejor fanservice suyo. Mi debilidad en el KPOP es SHINee y dentro de él TAEMIN! Amo como baila así que me ganó mal jejeje... Fuera de eso, aún sigo en las nubes por haber podido irlos a ver al Luna acá en Argentina. Aún endeudada por haber delirado en la entrada, pero bueno... no me quejo, la pasé genial y me quedé con todos mis hermosos videos de recuerdo *-*

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..::..::Be Mine... Just Mine::..::..
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'Sentimientos'
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Todo era un completo caos. Un absoluto descontrol que nadie parecía siquiera querer encaminar.

Las emociones estaban al límite y la adrenalina bombea fuerte en sus cuerpos. Exhultantes de felicidad y satisfacción, a todos los jóvenes integrantes de ambos grupos les resulta más que difícil el siquiera pensar en comenzar a calmarse. No. Ni por casualidad. Aquel día era para liberarse. Para disfrutar. No podían reprimir las feroces energías que se cargaban después de tantas horas de nervios y tensión.

Los gritos resuenan por todo lo alto por cada lugar que pasan y las sonrisas, enormes y hasta algo estúpidas, parecen ya tatuadas en cada uno de aquellos jóvenes, cuidados y -cada uno a su manera-, bellos rostros. Cada uno de ellos sintiéndose en plena dicha por una noche que había resultado al final ser más que fructífera en más de un sentido.

Sin embargo, entre todos ellos, había un joven que, a pesar de sentir las mismas emociones que todos sus compañeros y amigos, también sentía otras muchas cosas más complejas y poderosas que sabía bien hacía ya un tiempo sentía pero que, aquella noche... aquella noche totalmente lejos, muy, muy lejos de su más mínimo control.

Kai lo sabía. Sabía desde ya hacía un tiempo que esos sentimientos que le embargaban cada vez que le veía, que le hablaba. Que lo tocaba... Esos sentimientos ya no eran solo de una simple y mera amistad tal y como siempre se jactaban. No. Él... él se había enamorado. Se había enamorado de su mejor y, casi diría único amigo.

Él se había enamorado de Taemin.

El pequeño maknae de los brillositos.

El siempre adorable y demasiado deseable Taeminnie.

Ese joven que tantos complejos había tenido al tener que haber hecho tanto fanservice y juegos de roles al vestirse como chica y de pronto saber o más bien notar -en aquella tan despistada mente suya-, que era realmente deseado por muchos, muchos hombres, además de las miles y miles de chicas. Ese joven que, en completo secreto; ese tipo de secretos que eran de vida o muerte y que solo se hacía entre verdaderos amigos, le contó en una noche triste todas esas dudas que ello le generaba y todas las confusiones que había comenzado a tener pero que se negaba a analizar.

Y, aquella noche, se dio cuenta con real pánico, que apenas había podido contener a sus brazos de sostenerlo para terminar atrayéndolo hacia sí. Se dio cuenta con el terror más puro que le había costado lo indecible -y aún más-, el solo controlar a su boca para que no cayera en la terrible tentación que le representaban aquellos labios. Esos labios tan suculentos y llamativos que sabía eran la envidia y delirio de muchas... y muchos. Tantos que simplemente él se negaba a pensar en ellos.

Nervioso. Confundido.

Emocionado...

Y excitado. Sí, Kai estaba muy, muy excitado y tenía los pelos de punta por tratar de ocultarlo.

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La entrega de premios MAMA habían resultado ser un completo éxito para todos ellos. La conducción del programa junto a los chicos había sido genial. La corta parodia que había hecho su grupo como versión de 'Crepúsculo' y las presentaciones de su temas habían sido geniales. Ciertamente no podían pedirle más a la noche. Ganaron premios. Ganaron notoriedad y reconocimientos a pesar de ser un grupo bastante nuevo.

Y luego estaban ellos...

Esos cinco muchachos que jugaban y reían felices y despreocupados por el momento pero que siempre veía, día tras día y hora tras hora, como se esforzaban y exigían a sí mismos más y más. Sin dudas para su grupo eran un fuerte modelo como grupo y personas. Eso lo sabía. Los admiraba, porque, sí, solo había que mirarlos en sus shows para notarlo. No hacían las cosas a medias. Buscaban excelencia, la trabajaban y la obtenían. Cansados, hastiados, aburridos, enojados. Todo quedaba fuera cuando era momento de trabajo.

Y dentro de toda esa admiración por el grupo se encontraba aquella persona a la que hacía años había acompañado en el camino y de quien había terminado total e irremediablemente enamorado. No podía negárselo; sería una completa blasfemia hacerlo.

Kai amaba al pequeño maknae y, solo deseaba... quería...

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Risas, gritos. Ruido y más ruido era lo único que se oía en aquellas dos camionetas que salían atestadas de aquel gran evento.

El rumbo era fijo hacia la casa de ambos grupos donde todos se cambiarían e irían a divertirse un rato a una disco privada a la que solían ir varios integrantes de diversos grupos y que era especialista en evitar escándalos ayudándoles a permanecer con un perfil bajo. Eran jóvenes después de todo.

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Música. Calor. Cuerpos. Y nuevamente, más y más ruido.

Risas. Sudor. Gritos. Besos.

Todos podían ver la pista repleta de cuerpos bailando con música movida y electrizante. Parejas se veían por cualquier lugar y rincón. Beso robados sin motivo ni razón.

Y entre todo ello... estaban todos ellos.

Casi veinte jóvenes de poco más y poco menos de veinte años, alegres y relajados. Felices. Jóvenes que por sus rutinas y trabajos poco podían disfrutar de verdad de algo banal pero que, cuando lo hacían, lo hacían en grande y le sacaban el mayor provecho.

Muchas copas corrieron por sus manos.

Muchos saludos. Muchas personas.

Muchas manos fueron dadas y muchos abrazos les envolvieron.

Mucho de todo.

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Realmente dolido por ese amor que sabía de entrada no podría ser y sintiéndose una completa mierda por siquiera haber tan tontamente caído de lleno en ello, Kai tomó cuanto vaso y copa cayó en su mano o en su alrededor cercano. Se perdió entre la gente y bebió y bebió, aprovechándose del hecho de que, al ser uno de los menores y siempre estar rodeado de hyungs sabía que si se quedaba tomando en un solo lugar pronto alguien notaría su incipiente estado. Acto inteligente hecho para erróneamente intentar ahogar con alcohol a esa puta conciencia que tanto se negaba a dejarle en paz y que le carcomía la cabeza pensando en que, en el muy improbable caso de que sus sentimientos se supieran, él sería cruelmente rechazado y hasta perdería esa tan preciada amistad.

Su cometido finalmente fue logrado cuando todo rastro de conciencia coherente fue exitosamente acallada. No importaba que el mundo a sus pies ahora ya girara ni que no fuera capaz de ver a ya más de un pie de distancia o que chocara con todo aquello que se atravesara a su paso.

Tampoco le importó o reaccionó cuando, al chocar con alguien más y este lograse sujetarle, finalmente su cuerpo se relajase y su mundo se apagara.

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—¡.. Y cómo quie...!

—Nooo... He dicho que yo...

—Pero...

—Sí, seguro...

—De acuer...

—Sí. Bien...

—Gra...

—... Vemos.

¡Joder! La cabeza le estaba destrozando. O al menos él pensaba que eso era ya que la verdad en aquellos momentos no se sentía capaz de saber o reconocer absolutamente nada. Pero, muy lenta y dolorosamente, la puta conciencia -su principal enemiga desde siempre-, le estaba haciendo partícipe de una realidad que aún no podía controlar. Escuchaba el incesante martilleo en su cráneo como queriéndolo partírselo y entre cada uno llegaba a escuchar un creciente murmullo que de pronto eran muy sueltas palabras y ya luego fueron algo que eran casi frases. Claro que para Kai todo era una completa tortura porque además de todo aquello, había que sumarle que el estómago se le estaba revolviendo de forma espantosa ya que el jodido piso -o lo que sea que estuviera debajo de él-, no dejaba de moverse. Sin embargo, lo único que sabía sin saber porqué era el innegable hecho de que no podía devolver todo su estómago allí. Donde sea que allí fuera.

Siente algo tocarle la frente y como el calor corre a instalarse en su pecho.

Oye como el ruido va cesando y se pregunta si es que la cercana oscuridad lo estaba envolviendo una vez más.

Siente el aire fresco pegarle en la piel expuesta y nota cansinamente que toda su piel parece estar húmeda y demasiado caliente.

Siente una voz que le hace sonreír tranquilo y, sin saberlo, cede a la bendita inconsciencia una vez más. Esta vez, solo durmiendo y disfrutando gratamente de sentirse cuidado.

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