9 de junio de 2013

TIEMPO DE MAGIA.. CAPÍTULO 4


DISCLAIMER: Los personajes pertenecen a JKR y a GLEE y la historia es de mi autoría.



ADVERTENCIAS: Aviso que esto surge a partir de ver el final del capítulo 17 de la cuarta temporada de GLEE y no cumple con el epílogo de HP y las reliquias de la muerte así que considérense advertidos de si hay cosas como Spoilers o lo que sea.
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Sobre la música del cap tengo dos listas. Una es más sexy y, oscura y la otra es más POP por así decirlo. Una, es la que usé... y otra que es la que escribí debajo porque es la que es más probable que suene en las discos. Las que yo usé para escribirlo son éstas:

**My Sweet Prince PLACEBO; Changes DEFTONES; Control Y Blurry PUDDLE OF MUDD; Sweet Dreams MARILYN MANSON.**

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CANCIONES DEL CAPÍTULO
(Solo canciones de fondo que suenan en la pista pueden elegir las que quieran)

Sexy Back -Justin Timberlake
Cry Baby Cry -Santana ft. Sean Paul
Move Your Body -My Darkest Day
Bad Things -Jace Everett
Animal -The Cab
Dirty Dancing -Usher ft. & Lil Wayne
Danger -Hilary Duff
Not Myself Tonight -Christina Aguilera

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SEDUCCIÓN...

Hubo una especie de breve momento de incómodo silencio antes de que el moreno tan solo se limitara a sonreír de esa fascinante manera ladeada que hacía que las rodillas del rubio flaquearan y parecieran solo un pobre pedacito de gelatina dejada bajo el sol.

¡Vaya con el británico!

El rubio ciertamente no tenía ni idea de porqué su cuerpo parecía reaccionar a este hombre con tanta intensidad pero... si así se sentía con solo mirarlo y escuchar esa sexy voz ronca, o siquiera con su simple cercanía alrededor suyo, no podía evitar preguntarse el hecho de como se sentiría si el moreno lo tocara. Si lo besara... ¿serían sus labios tan tiernos y suaves como parecían? ¿serían sus manos rudas en su agarre o solo tiernas y amorosas con las caricias de un amante? Porque ciertamente el hombre daba la talla como para evidenciar ser un buen amante.

No pudo evitarlo. Evocándo licenciosamente la imagen de esas manos grandes y morenas -que si uno se fijaba bien, de seguro podría hasta ver unas ligeras callosidades que decían claramente que él era un hombre de acción-, recorriendo su propia piel pálida y lechosa le llevó a reprimir un ligero jadeo y a cerrar los ojos por un pequeño segundo ante la ola de abrasivo calor interno que le recorrió.

¡Por Gaga! ¡Su imaginación iba a matarlo!

—¿Te encuentras bien? —oyó a su derecha.

Él asintió. A pesar de la cantidad de bullicio que había en aquel lugar, él prefirió solo limitarse a asentir porque ciertamente no podía confiar en su voz en aquellos drásticos momentos.

¡Oh por Dior! Él estaba tan pero taaaan jodido.

La música de fondo no ayudaba en nada para bajar la líbido que de pronto parecía querer adueñarse de cada uno de sus sentidos ya expuestos.

Noche de seducción...

Vaya suerte la suya en haber caído en esa de todas las noches allí con este dichoso dios británico que parecía se capaz de derretirlo con solo seguirle hablando de esa manera que parecía solo sacrílega por la cantidad de pecados que evocaba en su piel.

Incómodamente se dio cuenta de que, con tanto pensamiento perverso, pronto había una muy delicada parte de su cuerpo respondiendo de manera nada sutil.

¡Oh, Dioses! ¡Mátenme ahora!

No podía creer que estuviera allí parado aún como un idiota mientras que el objeto de sus repentinos y lujuriosos deseos se encontraba frente a él pudiendo ver en cualquier momento lo que realmente había provocado en él.

Kurt ciertamente no era una persona de jurar, ni en vano ni de ningún tipo. Ni siquiera dentro de su cabeza pero ¡JODER!

Haciéndose con la pequeña parte racional que le quedaba de cerebro, Kurt se giró rápidamente de cara a la barra con todo el cuerpo prácticamente presionado contra ella y no dejando ver para nada ninguna parte de su pecho para bajo a la curiosa mirada de su interlocutor.

—Mmm... te ves... acalorado, Kurt —dijo el moreno observándole como un halcón mientras una lenta sonrisa ladina se iba formando en la comisura derecha de su boca.

Y sí. Kurt ciertamente podía diferenciar una sonrisa normal de una de 'éstas'. Las había visto varias veces en los pocos bares gays a los que había ido ya fuera con Blaine o luego ya solo. Además no era como si fuera demasiado diferente de cuando un hombre intentaba atraer a una mujer. Esperen... ¿atraer? ¿mujer? ¿Él...? ¿Acaso él...?

—Toma. Aquí está el trago —dijo el moreno tendiéndole la extremadamente necesitada copa.

Kurt no podía entender porqué demonios él estaba actuando como un imbécil retrasado quedándose allí sin hacer ni decir prácticamente nada mientras que tenía a este ejemplar de espécimen masculino frente a él en lo que creía era un claro filtreo ¡Oh, Pradas! ¿qué demonios estaba mal con él?

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La música de aquel viejo tema remixado del ex boy band sonaba de fondo, sugerente... Sexy back... sí, realmente el rubio tenía una espalda bastante sexy. Sobre todo teniendo en cuenta lo verdaderamente caliente que se hallaba debajo de ella. Porque ese trasero prieto y respingado que se podía vislumbrar a través de los prístinos pantalones ciertamente era algo tentadoramente pecaminoso que no veía la hora de poder poner bajo los ministerios de sus manos... y de otras cosas.

Mmm... mejor sería retirar sus pensamientos a terrenos más apropiados por ahora -pensó Harry. Eso si no quería terminar haciendo un tonto de sí mismo, claro. Él sin dudas ya no era un jovencito hormonal. No. Él era ya entonces un hombre hecho y derecho que disfrutaba licenciosamente de los placeres más mundanos de la vida sin esos remordimientos o escrúpulos que tanto lo llegaron a atormentar de joven cuando aún era demasiado ingenuo e inocente en lo que se refiere a amantes.

Sonrió de lado siendo completamente a gusto consigo mismo cuando vio el nerviosismo del joven a su lado... y de paso siendo aterradoramente consciente del movimiento de este enfrentando la dichosa barra y aferrándose a ella como si fuera lo único que le anclara a la lucidez.

Mmm...

—Bueno... que tal si me cuentas algo sobre ti. Kurt —terminó con voz grave y ronroneante.

Él, obviamente, se hallaba de caza y ¡Oh, sorpresas de la vida! Pareciera que su presa estaba encantada con su depredador.

Esta noche se estaba poniendo más y más interesante a cada momento. Un agradecido contraste con el día cabe añadir.

Una sonrisa vacilante se extendió por la enrojecida cara del rubio precioso ante él, para luego mirarlo detenidamente antes de solo enarcar una pulcra -y obviamente depilada y hermosa ceja-, hacia él y cambiar entonces la sonrisa por una más... jodidamente, sensual.

El moreno no pudo evitar tragar en seco ante el subidón de lujuria que amenazó con poner en un delicado aprieto una parte muy amada y preciada de su anatomía.

Joder.

La noche ciertamente se hallaba cada vez más prometedora... y él sabría exprimirla a su gusto. De eso estaba seguro.

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Harry se movió como un felino por entre la multitud antes de girar y tirar a Kurt contra él por la cintura y hacia su pecho. Sonriendo como loco cuando escuchó que su rubio no pudo detener su jadeo al sentir el cuerpo caliente, casi enfebrecido por todos los movimientos insinuantes y el calor del propio movimiento al bailar, con los músculos apretados contra su pecho y fuertes brazos que terminaron ya hacía tiempo envueltos firmemente alrededor de su cintura.

Después de unas cuantas cuidadosas copas ambos frente a la atenta y, un poco envidiosa mirada de Mark, ya estaban bastante más relajados y desinhibidos entre sí... Eso y que ambos hablaron de todo un poco respecto a sus vidas. Nada relevante en realidad, solo esa charla banal pero atrayente que uno solía entablar con el fin de conocer un poco a la persona a la cual tenía muchas ganas de llevarse a la cama... y quizás un par de noches más si se iba al caso.

La boca de Harry encontró con gusto aquel sensible apéndice de su oreja justo al tiempo en que decidió comenzar a mover sus caderas al ritmo de los golpes bajos de la canción. Ritmo que se volvía cada vez más grave y rápido. Los ojos de Kurt se agitaron involuntariamente y pronto se encontró envolviendo sin poder contenerse sus propios brazos alrededor de Harry. Solo limitándose a yacer allí a merced de lo que el apuesto moreno británico quisiera hacer con él porque ¡Oh Gaga que ese movimiento de caderas era algo que debiera de ser ilegal por lo tan jodidamente perfecto que era!

Atrás quedó la pequeña e insignificante charla 'moral' que intentó darle Rachel cuando fue a buscarlo a la barra al ver que no regresaba a la mesa como había dicho ¿Quién era ella para decir que el moreno ese no le convenía por verse demasiado mayor que él? ¿O porqué siquiera debía importarle eso cuando él tan solo estaba pensando en... -seamos sinceros-, solo en encamarse una preciosa y lujuriosa noche con el hombre que parecía quitado de sus más ocultos sueños y con toda la apariencia de ser un más que excelente amante? ¡Dior! Si hasta Santana le había querido hincar el diente... Y hasta estaba seguro de que la pequeña niña con ínfulas de Barbara Straised le había estado mirando, ¡incluso mientras hablaba con él!

No... no había ninguna jodida manera de que él se perdiera esta posibilidad de liberar un poco de sus frustraciones si dicho hombre estaba más que mostrando su evidente interés hacia él. Lo cual era a la mar de halagador cabe añadir. Sobre todo después de haber rechazado frente a él a ese 'chico' que, si no se equivocaba, era el mismo que había estado bailándole hacía un rato. Al parecer era una especie de 'ex' que quería volver a cogerle el gusto al brit... y Kurt estaba muuuy contento de que el moreno no tenía ninguna intención de complacerlo. Sobre todo por quedarse a su lado y terminar silenciosamente por complacerlo a él. Ciertamente fue muy divertido, aunque no lo demostrara exteriormente, claro, el ver como a una seña de su dedo, uno de los armarios apareció de la nada y arrastró al joven directamente fuera del lugar. Ignorando por completo todas sus absurdas protestas. Nota mental... no joder, ehh, no 'molestar' al brit. Aparte de eso... nop, él no iba a quejarse al respecto...

Lo 'malo' del asunto -si es que se le podía decir así- era que ahora, en medio de esos indecentes movimientos corporales que muchos denominaban 'baile', podía sentir los músculos fluctuantes en constante movimiento de toda la espalda de Harry. Con ese aroma a madera, sándalo y musk que debía de ser parte de su colonia y ese 'algo más', algo exótico y ligeramente picante que solo podía decir que era una parte de él. Todo eso en conjunto se hallaba ahora pegada casi al ras a su sensible nariz y que realmente estaba resultando hacer estragos muy preocupantes en él. Todo, absolutamente todo estaba embotando sus sentidos de una manera que nunca le había llegado a suceder antes con nadie y logrando hacer que él solo se limitase a dejarse llevar con la corriente del lugar y del momento sintiéndose completamente liberal. Con los sonidos de voces que cantaban jadeantes los lascivos temas que sonaban. Con los olores que enturbiaban el ambiente y que eran claramente sexuales en todos los sentidos de la palabra. Con la visión de ver en todo lugar y espacio a personas frotándose y apretándose. Fundiéndose entre otras como si en vez de bailando solo estuvieran allí follando con ropa. Basta decir que al tener todos sus sentidos sobrecargados de lujuria se le terminó haciendo demasiado condenadamente fácil ir relajándose en brazos de aquel sexy moreno que le hacía hervir la piel e ir perdiendo toda la inocencia y timidez con cada tema que pasaba. Su incertidumbre y pena claramente volando por la ventana mientras se dejaba disfrutar de bailar -si es que aún era eso, claro-, con este hombre que parecía lograr hacer estragos en él.

Harry no podía negar de ninguna manera de que el joven rubio, a pesar de poseer una deslumbrante belleza, una lengua afilada -como había llegado a comprobar hacia tan solo unos cuantos momentos en el medio de la barra mientras disfrutaban entre risas y charlas intercalando con las necesitadas copas-, aún era bastante inocente en los terrenos de la sensualidad y la seducción que era previo a lo sexual... o al menos así lo demostraba en estos lugares con sus tan expresivas muecas y sonrojos -que a pesar de la poca luminosidad del lugar podía llegar a notar de vez en cuando-. Y él lo disfrutaba enormemente... alguien así de 'inocente' no era algo común de encontrar. No a su edad ni a su gusto de todos modos. La inocencia o ingenuidad no era algo que se pudiera falsificar... Y él quería probar esa inocencia. Quería saborearla. Degustarla con todos sus sentidos. Y... tenía que admitir... que también quería corromperlo un poco. Quizás bastante.

Kurt se preguntó como es que había sido tan obtuso de mostrarse renuente a bailar con él cuando se lo pidió. Dior, él quería pegarse así mismo por eso... Si el moreno hermoso ante él no le hubiera insistido con esos brillantes faros verdes que poseía por ojos él seguramente se estaría lamentando hasta muchos días después.

Los pensamientos de ambos al rememorar sus más recientes recuerdos se cortaron abruptamente cuando alguien empujó al rubio desde detrás, obligándolo a caer de manera abrupta contra todo el cuerpo del moreno. Llegando a sentir claramente el comienzo de una muy tentadora excitación a lo que el menor no pudo evitar notar con un propio jadeo cargado de lujuria apenas reprimida.

El primer tema pasó y ninguno se molestó en señalar lo obvio... y luego pasó el segundo, y el tercero. El sexto... y el décimo... demasiado pronto -dependiendo del punto en que se lo mire-, un baile se había convertido en once, hasta que la lujuria pareció ganar más terreno del debido para ese lugar y tuvieron que hacer un freno a sus manos que se buscaban sin cesar y a sus labios que picaban por conectar. Ambos envueltos en una bruma de pasión que estaba a punto de colapsar como el dique de una presa.

El cuerpo de Kurt nunca se había sentido más vivo y enérgico en toda su vida.

Habían bailado de frente uno contra el otro, con cada tema más y más animados. Había bailado de espaldas, confiándose completamente a los toques sinuosos, tortuosos y maestros del ojiverde. Disfrutando de las manos de Harry acariciando su pecho o espalda de una manera que dejaba una muy agradable corriente eléctrica tras de sí. Sus manos llegando incluso un par de veces hasta el tierno pero firme culo de Kurt y manteniéndolo apretado y cada vez un poco más cerca, como si probando las aguas. El pequeño rubio definitivamente no se quejó, ni siquiera se le habría podido ocurrir teniendo en cuenta que su mente estaba completamente hecha polvo con tal cúmulo de sensaciones tan apabullantes y ligeramente extrañas por su intensidad. Es más... Kurt estaba seguro de que si en ese mismo momento él iba al baño, vería entonces una gran marca roja por debajo de su nuca donde el moreno había encontrado un delicado punto sensible en él y que apreció en explorar y explotar al darse cuenta de las reacciones casi vergonzosas que causaba en él. Gemidos y quejidos dejaban salían como aire seco por entre los maravillosos y rosados labios de Kurt.

Incluso habían aguantado todo el último baile mirándose uno al otro fijamente... la intensidad creciendo y creciendo para igualar la del otro hasta que, finalmente, se les hizo insoportable para ambos el seguir allí, sin hacer nada más. No sabían porqué realmente, pero ellos no habían ido más allá del morreo de sus cuerpos entre sí.

Ahora sin embargo ambos sabían que necesitaban más... y querían más...

Los brazos de Harry estaban envueltos firmemente alrededor de la cintura de Kurt le fueron guiando, aun danzando al compás de las insinuantes notas, hacia el borde más alejado de la pista. Su frontal presionando firmemente contra la espalda de Kurt mientras se acercaban a la pared que estaba medio escondida por debajo de la escalera que daba a los baños a los que antes habían ido las chicas. Lugar que, muy afortunadamente, se hallaba ocupado por tan solo una pareja que charlaba de manera casi casual... pero con espacio de sobra y la oscuridad necesaria para una pareja más. Una pareja con fines más... irrespetuosos que ellos...

De pronto Harry no sabía como actuar. Como atacar. Literalmente. Porque él 'literalmente' quería devorar a ese pequeño festín que había nublado todo su juicio y sensatez con esas caderas estrechas y ese culo prieto y medio respingón que se había sentido tan condenadamente bien entre sus grandes manos. Él quería amasar esas hermosas mejillas que estaba seguro eran pálidas como la leche... quizás rosadas cuando él las amasara y apretara a conciencia como tenía la intención de hacer. Y ni hablar de esos labios que se veían carnosos y tan... besables que dolía contenerse. Esa cintura fina y esas piernas largas que estaba completamente seguro de que encajarían perfectamente alrededor de sí. Podía imaginárselo... él, entre esas delicadas piernas, enterrándose hasta lo más profundo de su lugar más secreto y privado, mientras esas largas y tentadoras extensiones abrazaban sus caderas y enterraba los talones en su culo para mantenerlo muy dentro de él.

Joder... el solo pensamiento hacía que su ya dura erección palpitara de manera dolorosa.

Y a parecer el rubio frente a él se sentía bastante similar a él porque, en cuanto lograron llegar a la dichosa pared, el menor se dio la vuelta aun entre sus brazos y lo miró de manera intensa y necesitada.

Una invitación silenciosa. Licenciosa.

Una invitación que ambos recibieron y aceptaron con una sonrisa sensualmente conocedora antes de que, por fin, por fin, sus calientes y deseosos labios se tocaran... se reclamaran.

Y el fuego comenzó...

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