17 de julio de 2013

El placer del pecado... Capítulo 18

Disclaimer 
Los personajes pertenecen a S. Meyer y la historia es de mi autoría.

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EL PLACER DEL PECADO

.*&*.

"Esta es la historia de dos jóvenes prohibidos desde el mismo instante de su creación.
Una historia de amor fraternal destinada a un caótico fin.
Un amor que simplemente es cenizas antes de que el fuego se encienda.
Un amor corrompido, repudiado, condenado…

…Un amor de pecado".

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Alegría e incomodidad iban de la mano en aquel tan ansiado, esperado y a la vez desconcertante reencuentro.

¿Cómo actuar con total normalidad y naturalidad cuando la familia estuvo rota por lo que parecía un tiempo eterno? ¿Cómo establecer una simple charla trivial cuando lo que más querían todos era conocer los más grandes y profundos secretos?

Caretas.

Todos tenían una.

Para el dolor. Para la preocupación. Para la determinación.

Para el propio amor.

Tantos sentimientos tras fachadas de sonrisas perfectas que buscaban mantener la anhelada calma tan solo un poco más.

La calma ante la tempestad.

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Una cena cargada de actualizaciones triviales. Miradas solapadas a la espera aguileña de captar ese algo 'más'.

Finalmente la comida pasó y la tensión indiscutible e innegable emergió. Ese era el momento en el que algo debía pasar pero que nadie quería empezar.

Evaluándose.

Era horrible. La sensación que daba era horrible.

Suspirando, fue Carslile quien tomó la palabra. Recordándose a sí mismo el no dejar caer su propio papel otra vez y viendo las consecuencias que ello podría llegar a acarrear, él se armó de valor y reclamó la atención de todos hacia sí.

—Bueno Edward, hijo, puedes estar seguro que todos estamos más que felices de tu regreso y que a la vez queremos saber más de ti y sobre lo que has estado haciendo estos años, pero creo que bien lo podríamos dejar para mañana ya que hoy debes de estar cansado por el viaje y el cambio. Si te parece, claro.

Alivio. Colectivo. Patente y claro.

—Me parece perfecto. Gracias —respondió el joven... el hombre. Sorprendiendo a todos una vez más con la gravedad de la voz adquirida. ese rico tono ronco, casi gutural. Ese tono 'adulto' que marcaba en silencio el paso de la vida a través de él. A través de todos.

Una vieja rutina retomada con facilidad fingida.

Escaleras, pasillo y puerta dieron paso a aquella vieja habitación que saludaba con gracia a su antiguo y añorado dueño... Y él dio la bienvenida a aquel cuarto que lo había visto entonces en sus mejores y peores momentos. O la mayor parte de ellos al menos.

Los colores oscuros de las paredes ahora desnudas, lo miraban desde todos los ángulos, invitándolo a volcar una vez más esa parte tan perdida de su propia vida. Enviándole como ráfagas, memorias de tiempos más fáciles, memorias de tiempos felices. Tiempos donde allí había colores claros y posters de superhéroes. Tiempos de espadas de plástico y fotos con personajes llenos de capas y antifaces. Tiempos mejores...

Infancia.

Inocencia.

Pero, se obligó a enfocarse nuevamente en el ahora, donde las paredes parecían todo menos aquello que tanto extrañaba.

Seguir pretendiendo.

Matando la soledad que sentía congelar sus entrañas con el recuerdo de aquel beso venenoso que había sido el clavo final para sellar su ya pobre corazón en una tumba que nadie más que su ejecutor podría nunca salvar.

Amado y odiado recuerdo.

Triste y complejo final destinado.

Se encontró recordando y dejando que su mente se empapara de aquellos recuerdos que no podía evitar le formaran tontas y dulces sonrisas que parecían querer quebrarle el rostro en dos, o quizás fuera el hecho de que los músculos faciales se encontraban obviamente resentidos tras no haberles permitido aquello mismo durante lo que parecía ser ya demasiado tiempo.

Dejando que el silencio de la noche sin luna le insensibilizara los sentidos, él solo se dejó ir hasta su antigua cama y cayó como un peso sin forma ni peso alguno.

Un descanso. Apenas había regresado al que siempre vería y sentiría como su 'hogar' y él ya estaba deseando y necesitando desesperadamente un descanso que le diera un respiro a sus nervios destrozados.

Sabía de antemano que su regreso sería algo duro de afrontar pero, jamás pensó... Oh, señor, cuánto el había subestimado cada hecho y reacción. Como había subestimado el tiempo y los cambios.

Si él había perdido hace ya años todo el sentido de la razón, lógica y decoro con quien había considerado su hermana por lo que había sido la mayor parte de su vida cuando esta aún era una niña, ahora...

Quizás fue negación. Quizás fue ingenuidad. Quizás fue un efecto secundario de querer bloquear todo de ella para avanzar.

Quizás fuera todo eso y más.

¿Qué tantos errores había cometido esta vez?

La niña que recordaba y que, aún bajo negación amaba, era ahora toda una joven... una muy hermosa joven que parecía contener todos los poderes de innata seducción y femineidad. El canto que hace tanto había oído regresó a su cerebro con toda la fuerza y la necesidad reprimida.

... Y en el pozo en el que se hallaba era casi irónico que sintiera como si esto fuera aún peor que en el momento en el que decidió marchar para superar.

Pretender.

Él necesitaba concentrarse y reafirmar todas sus más caras una vez más.

Necesitaba avanzar y soltar estas crueles cuerdas que le mantenían atados al más fatídico de los pecados.

Todo era tan confuso... Una vez más.

Después de todo el dolor y la rayana locura forzada de la propia desesperación tras su partida, recordó muy bien ese espeso momento de calma engañosa que creyó ser por fin su propia libertad... Y su propia desilusión cuando terminó dándose cuenta, o más bien aceptando, que era solo una especie de bruma que le ayudaba solo a calmar el dolor pero que en definitiva no hacía nada para solucionar un problema para el cual realmente no había manera de solucionar que no fuera la simple aceptación de la acción o el tormento de solo pretender y forzar una separación total; algo que realmente no se sentía capaz de hacer, nunca, porque cortar era como eliminarse a él. No. Cortar de tal forma todo contacto era cortar su entera familia a la mitad... y él no podría nunca cargar con esa culpa de saberlos condenados al dolor propio por solo una retorcida forma suya de amar.

Una vez más necesitaba respirar.

Una vez más necesitaba pensar.

Tanto tiempo al parecer en vano.

Tanto tiempo sin hecho ni realización.

... Tanto tiempo perdido.

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'...Así que sigue pretendiendo, nuestro cielo vale la pena,
así que sigue pretendiendo, que todo está bien,
sigue pretendiendo que será el final de nuestras ansias,
sigue pretendiendo que todo está bien...'

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La charla había sido incómoda.

La semana había sido incómoda.

Todos poniendo una vez más las máscaras que les permitieran funcionar con una relativa sensación de normalidad. Retomando rutinas y creando nuevas. Una vez más intentando casi inútilmente el ser quienes eran.

Silencios espesos y charlas a medias amenas.

Dolor y curiosidad en el fondo de cada mirada.

Culpa y amor tras cada suspiro.

Realmente Edward pensaba que, a pesar de todo, las cosas se iban lentamente acomodando por sí mismas, o al menos eso pensó...

Una semana fue el tiempo exacto para que las máscaras comenzaran a quebrarse y la aparente pasividad empezara a flaquear.

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La mente podría ser uno de los órganos más complejos según muchos, pero en opinión de Bella era el corazón el que se llevaba el premio. Ese pequeño y cruel órgano tan desafortunadamente necesario para existir. Ese pequeño montón de músculos, venas y arterias que obligaba a la sangre a fluir por cada rincón del cuerpo.

Ese maldito corazón que a la vez le obligaba a sentir tan condenadamente demasiado. Tan condenadamente mal.

Amor.

A través de los años encadenados a una ajena lejanía impuesta ella meditó una enorme cantidad de tiempo sobre ese desastrozo sentimiento.

¿Por qué?

¿Porqué tenía que ser precisamente ella quien tuviera que sentir ese deseo insano de amar a quien compartía su propia sangre y a quien incluso le había visto crecer? ¿Por qué después de tanto tiempo ella no podía solo superarlo y seguir adelante para encontrar a alguien a quien pudiera amar tan incondicional e irracionalmente como lo amaba a él?

Lo había intentado.

Hubo un tiempo de completa negación y desesperación en el que ella simplemente se obsesionó con observar a cada amigo, conocido y muchacho para intentar encontrar a alguien que le hiciera olvidar. Que le hiciera creer que, de alguna manera, y a pesar de saberlo ya como causa perdida, alguien pudiera despertar en ella la misma clase de sentimientos insanos que... su propio hermano había despertado y encendido en ella alguna vez.

La misma clase se sentimientos y pensamientos que cubrían sus noches y plagaban sus incontrolables sueños subconscientes.

Los mismos sueños que le hacían despertar aterrorizada de sí misma y, aunque quisiera negarlo, le dejaban en un estado de éxtasis que le era muy difícil de obviar y mucho más olvidar.

No eran tanto por ser sueños de lujuria, no, era más bien el hecho de soñar con sus besos y sus abrazos. Soñarse contenida entre sus palabras susurradas y caricias que nada tenían de fraternal. Deseos insanos. Deseos prohibidos que se negaban a obedecer a la razón para agitar y arraigarse cada vez más al corazón.

Fue un tiempo de constante lucha consigo misma... y al que, después de un tiempo, solo... se rindió.

Lo amaba.

No había nadie más.

No habría nadie más.

No podía ver a nadie más.

No podía soñar con besar a nadie más. No después de ese casi beso de despedida que le había marcado la piel y que quemaba ante el solo recuerdo del mismo haciéndole latir de manera errática y acelerar su respiración en la anticipación de un hecho que sabía no vendría pero que siempre se permitía soñar y anhelar. El imaginar como sería sentir esos sedosos labios cálidos rozar los suyos propios y reclamarlos como ella deseaba le relcamaran.

Ese recuerdo que había matado toda posibilidad de que su muy traicionero y masoquista corazón se rindiera a ceder a alguien más.

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'... Con el beso venenoso que me diste estoy matando la soledad,
con el calor de tus brazos me salvaste,
estoy matando la soledad, contigo.
Estoy matando la soledad que convirtió mi corazón en una tumba.
Estoy matando la soledad...'

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Eso era. Eso era todo.

La engañosa calma había terminado.

Y allí estaban ahora... ahí... uno al otro frente a sí.

La respiración se agitaba mientras la innegable tensión crecía y ambos pechos trabajaban para que la estúpida irregularidad no se notara.

¿Por qué demonios habría pensado en que sería bueno de alguna absurda manera el ir e intentar hablar con quien era inconsciente responsable de su pesar? ¿Porqué obligarse a pasar por este calvario de incertidumbre e inseguridad?

—Yo...

—¿Precisabas algo?

—Yo, solo...

¿Por qué?

¿Por qué se estaba obligando a pasar por esto?


¿Por qué no solo dejarse llevar con la estúpida corriente de normalidad que la casa había impuesto?


¿Por qué era que...?


Porque era él.

Porque era ella.

Tan simple y complejo como eso. Tan retorcido como ella.

Porque eran ellos.

Porque lo necesitaba...

—¿Podemos hablar? —preguntó con una voz tan calma y sosegada que no reconoció puesto que todo su interior era un hervidero de completa y absoluta confusión.

Ya estaba dicho.

Ya estaba hecho.

Y ella solo esperaba que, aunque su amor nunca llegara, ella pudiera entonces ser todo lo que él necesitara. Lo que menos quería es volver a verlo como había sido antes de partir. Lo que menos quería era que se volviera a ir. Y ella haría todo para que ello no se volviera a repetir... aun a costa de su propio amor. Un amor que no había forma de que nunca pudiera ser y que a la vez, lamentablemente, nunca podía dejar de anhelar tener.

Y aún así...

Ella sería la amiga que una vez hubo sido.

Ella sería la hermana que siempre debió de haber sido.

Ella sería lo que él necesitara que fuera hasta el final... solo por él, y por nadie más.

Porque antes que amar al hombre, antes que amar al pecado...

Ella por sobre todo, amaba a su hermano.

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'...He perdido mi camino. He perdido mi camino.
Pero yo seguiré hasta el final.
Vivir es tan difícil... pero yo seguiré hasta el final...'
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Buaaaaaaaaaaaaa! Aquí estoy con un capi más! Espero les guste y comenten a ver que les ha parecido...

Cómo la andan pasando ustedes? Acá comenzaron las vacaciones de invierno y yo ando planeando las salidas con mis pekes. Por lo demás bien, aunque con gripa =( pero bueno...

MIIIILLL Millones de gracias a quienes han comentado, agregado he incluso recomendado! =P

Nos leemos pronto. Besitos y cuídense ok?

*Guada*

3 comentarios:

  1. Hola no puedo creer que terminara ahí el capítulo solo espero que por fin sean sinceros y hablen de una buena vez ya no puedo con tanta incertidumbre jajaja gracias por el capitulo que disfruten mucho sus vacaciones abrazos desde Mexico

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  2. Hola Guada, me llamo Elie y queria felicitarte por tu historia la verdad es muy atrapante y si bien te sigo desde hace un tiempito no me habia animado a dejarte nunca un comentario :)
    Bueno como ya t dije me encanta tu trabajo y estaré esperando con ansias los siguiente capitulos...Besos y cuidate :)
    Elie.

    ResponderEliminar
  3. Fascinante y cada vez me atrapa mas ,pido disculpas porque no e dejado comentarios pero ya estoy de regreso x aqui ...Sigue asi nena...

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