12 de septiembre de 2013

Dance, Needs & Pasion... Capítulo 2: 'NEEDS'

DISCLAIMER 
Los personajes pertenecen a JK Rowling y solo la trama es de mi autoría.



PAREJA: Harry Potter/Draco Malfoy... HP/Otros (pasado)
RATED: ... MA ...
SUMMARY: Una noche puede que puede cambiarlo todo. Una noche donde nada será el todo y el todo será nada. Lujuria, pasión y calor. Sentir, solo sentir. UA. EWE. SLASH.

ADVERTENCIASLEMMON! SLASH! O sea, sexo GRÁFICO Y DESCRIPTIVO entre dos chicos, sexo gay, boy/boy, male/male o como quieran decirle. Alusión a otras relaciones y parejas sexuales de Harry y quizás alguna de Draco. Caricias, besos y bastante coqueteo -mmm, calentura-, con OMC de parte de Harry pero no faje o sexo en sí. Un poco OOC. EWE. UA -en el sentido de que al no ser compatible con el epílogo habrá algunas menciones de cosas cambiadas. Como dije, SEXO GAY; besos, roces, frottage, mamadas, juguetes, rimming y mucho de todo lo que pueden hacer dos chicos cuando están calientes... Mmm... Fuera de eso creo que nada más así que, si no te gusta algo de esto solo tienes que ir y buscar otra cosa de tu agrado ok? Si te quedas y lees espero te guste y me dejes saber que te ha parecido =P

N/A para este cap: Nada... Muuuuucho histeriqueo y algunas revelaciones veladas. Mucha estimulación... ya verán cuando lean. Según lo que creo solo queda un cap más... quizás, si el maldito lemmon se me hace muy largo serán dos. No lo sé porque lo estoy escribiendo sobre la marcha por más que la idea ya esté ok? Espero opinen a ver que les ha parecido!
.
.

No tenía sentido.

¡No tenía ningún jodido sentido!

¡Mierda!

¡Joder!

No estaba borracho. No estaba drogado. No había tomado ninguna maldita mala combinación de pociones, humos o hechizos. Y estaba malditamente seguro de que NO estaba delirando. Entonces, ¿Por qué? No entendía. No podía entenderlo.

¿Por qué carajos Malfoy se le había acercado, se le había apoyado... y había 'bailado' con él de entre todas las personas?

¡Por las bolas de Merlín si incluso había sentido su incipiente erección contra la mía!

—Bueno, por lo menos sé que no estabas fingiendo cuando tenías los ojos cerrados —comentó con una sonrisa ladeada que así como le quedaba de sexy me daban ganas de borrársela de un buen y seco puño en la quijada.

Mi mente estaba en completo caos y mi cuerpo solo parecía estar en shock o algo porque no podía registrar que ni un solo músculo de mi cuerpo se moviera en lo más mínimo ni para respirar.

Esto... esto era... ¡Esto era demasiado! ¡Era una completa locura!

¿Estaría soñando?

Mmm... quizás, sin dudas había tenido unos cuantos sueños descabellados antes -aunque este se llevara el premio-. De todas formas el hecho de estar soñando era sin dudas mucho más factible que esta muy improbable realidad donde MAAALFOY de todas las personas se hubiera cruzado conmigo en un maldito antro muggle gay y que, como si fuera poco, se decidiera por acercárseme a 'bailar' y a coquetear conmigo como si no supiera quien era y...

¡JODER! ¿Y si en verdad no se daba cuenta de quien era? Quizás estuviera borracho ¿no? Ciertamente tenía que reconocer que no me había cruzado al rubio en lo más mínimo desde hacía años y que no estaba vestido como en ese entonces, ni siquiera como vestía normalmente en esos momentos de mi rutinaria vida. Ufff, lo mejor era aclarar ahora los tantos... y seguramente ver la cara de asombro y muy posible repugnancia ante lo que había hecho el honorable heredero valdría la pena todo este colapso mental que me estaba viendo obligado a vivir.

—Ehh... mmm... Hola Malfoy...

Confieso, me sentía como un maldito cobarde en ese preciso instante. Allí, expuesto ante demasiadas curiosas miradas, las luces apuntándonos, la música aún lasciva y sugestiva, con mi ropa ajustada y tan condenadamente llamativa para su propósito original... Y ahora, el estar ahí, frente a mi antiguo némesis que esperaba estuviera suficientemente borracho como para olvidar todo este penoso incidente y que...

—Hola Potter... —ronroneó el rubio.

Todo pensamiento más o menos racional se escapó por completo de mí con solo esas dos malditas palabras.

¡Joder y la puta Morgana!

¿Malfoy no estaba borracho? ¿Sabía quién era? Un momento, si él sabía de entrada entonces, ¿por qué...?

—Espera ¿Sabes quién soy?

See, quedé como idiota, lo sé ¡Pero es que el shock estaba resultando ser demasiado!

Malfoy se rió. SE-RIÓ.

—Por supuesto que sé quien eres Potter ¿Acaso pensabas que no te había reconocido? ¿O pensaste que estaba borracho o algo así?

—Bueno, cualquiera de esas opciones me parecía mucho más lógica que el creer que que tú fueras a elegir acercárteme y solo... bailar, y... ¡Joder Malfoy! ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?! —gritó cuando vio como el rubio se me acercaba de nuevo cerrando así la poca distancia que yo había logrado conseguir antes en medio de la conmoción.

—Me encanta verte todo desconcertado por la improbabilidad de que me haya acercado a ti, de que esté lo suficientemente cerca como para poder oler tu piel, de que hayamos bailado... que te haya tocado... pero sencillamente prefiero volver a esta última parte que es mucho más divertida que escuchar toda la lógica detrás...

—¡Merlín! ¡Estás loco! —volví gritar entre asombrado y ya un poco asustado. Esto estaba resultando ser demasiado extraño... incluso para él.

—No —dijo entonces el rubio suspirando antes de acercarse aún más mientras notaba como ambos terminábamos retrocediendo hasta casi salir de la central antes de que lo escuchara hablar directamente en mi oído cuando ya no pude retroceder más al quedar contra una de las tantas columnas del lugar. Hablando bajo y haciéndose escuchar con claridad a pesar del ruido y todo lo demás—. No estoy loco Potter. No estoy borracho. No estoy drogado... Ni tampoco ninguna otra cosa que se te haya ocurrido. Lo que sí estoy es caliente como el infierno después de verte bailando aquí por lo que me han parecido horas con esos dos tipos que parecen tener más que una historia contigo. Estoy jodidamente duro como mármol después de escuchar demasiados malditos comentarios a mi alrededor sobre lo bien que bailas —dijo acercando sus caderas y golpeándolas de manera certera y directa—, y lo bueno que eres besando —acercó sus labios aún más a su sensible lóbulo—, y que al parecer das unas mamadas de campeonato —lamió la carne que allí tenía para luego soplar su cálido aliento encima—... y que follas como el maldito infierno, cosa que lamento decir nunca lo creí posible pero que, por lo que tuve que escuchar de todos esos comentarios es más que increíblemente cierto... Y yo quiero eso Potter... quiero TODO eso.

De golpe sentí manos firmes sobre mis caderas y un apriete que me hizo jadear al tocar su erección con mi ahora nuevamente semi erecto miembro. Sus palabras habían logrado hacer maravillas en mi anatomía aún después de la muerte súbita que había pasado al saber quien era.

Pero... aún si mi cuerpo respondía... mi mente era un hervidero de palabras incongruentes que extrañamente eran las mejores opciones que reflejaban mi verdadero estupor y desconcierto ante todo esto.

¡Oh bueno! Al menos así fue hasta que el maldito hurón ladino tomó mi nuca y aplastó mi boca contra la suya, aprovechando el pequeño grito de sorpresa que me había arrancado para incursionar su habilidosa... ehh... maldita, sí, maldita, lengua viperina suya.

¡Maldición!

¡Y joder con el maldito hurón albino! ¿Dónde carajos habrá aprendido a mover así la lengua? -pensé distraídamente mientras sentía ese músculo húmedo y ágil hacer torsiones increíbles dentro de mi pequeña boca ansiosa-... ¡¿Y qué otras muchas cosas podría hacer con ella?!

¡NO! ¡No podía rendirme así como si nada! ¡Cómo si todo esto no fuera... una locura! ¡Una completa e irracional locura!

Pero... esa boca. Sus manos...

Mi cuerpo ardía de deseos mundanos.

Deseos sucios y muy muy carnales, cabe añadir.

Y de pronto, olvidando el lugar, la gente, los problemas subyacentes que pudieran surgir luego, mi mente solo conectó unas de muy necesarias neuronas con su correspondiente sinapsis y solo una pregunta cruzaba como disco rayado por mi mente caótica y porque no admitirlo, condenadamente lujuriosa; '¡¿Por qué carajos no?!'

¿Por qué demonios no podía permitirme tomar lo que al parecer el rubio estaba dando y deseando tan libremente?

Después de todo, el rubio siempre había sido una especie de sucio deseo secreto en sus años mayores de escuela, e incluso un tiempo después.

Un capricho podría decirse... pero un capricho del cual de pronto le surgía la ansiada posibilidad de darse el gusto.

Con esos pensamientos girando por mi mente, mi cuerpo respondió al reto autoimpuesto y comencé a volver a tener el control sobre mis funciones. Tomando el control perdido de las cosas.

Con mi lengua ahora saliendo gustosa y participativa ante la batalla y mis manos apretado su agarre por cuanto centímetro llegaba a tocar de piel conseguí por fin un sonido de lamento necesitado vibrante y cálido dentro de mi boca.

No me dejé pensar mucho más. Quería escuchar más de esos lamentos, más de esos quejidos. Quería más de esta aldita serpiente rastrera...

Aferrando ambas manos en su poposo pero muy atractivo culo, masajeé un poco mientras soltaba su boca al escucharlo jadear pero sin desprender mis labios de su caliente piel. Bajando por su mentón y siguiendo por el lado de su mandíbula fui dejando un rastro de humedad hasta llegar a la muy sensible piel detrás y debajo de su oído para que pudiera sentir y oír contra él mi pesada respiración.

Jugaba con él.

Era noche de caza después de todo ¿verdad?

Aunque... estaba seguro de que el rubio creído había asumido ya otra cosa si todo el dominio anterior era una especie de indicación. Mmm... tendría que sacarlo de su error sin dudas.

—¿Me deseas? —pregunté casi en un ronroneo, soplando sobre su piel y sonriendo al sentirlo vibrar con un evidente estremecimiento que me encendió aún más que esa puta boca deliciosa.

—Oh sí... —gimió el rubio chocando sus caderas de manera pesada y casi errática. Una vez más intentando reotmar el cotrol sobre él.

—Mmm... ¿Estás seguro Malfoy? —pregunté mordiendo el lugar donde el pulso latía mientras mis manos apretaban sus caderas para dejarlo quieto al ras de mí. Tenía que hacerle entender en lo que se estaba metiendo.

See, al parecer toda esa cosa honorable y un poco estúpida todavía seguía profundamente arraigada en mí. Como sea...

Antes de que Malfoy pudiera contestarme lo apreté fuertemente una vez más y volví a susurrar contra él mi muy específica necesidad.

—¿Estás seguro que me deseas Malfoy? ¿Me deseas tanto como para dejarme enterrar en tu piel? —el cuerpo en mis manos se tensó de inmediato contra mí— ¿Estás seguro de que me deseas tanto como para tener mi polla enterrada en lo más profundo de ti?

—Yo no...

Decepción. Fuerte y clara decepción, eso es lo que sentí con aquellas dos muy pequeñas y reveladoras palabras. De todas formas seguí...

—¿Me deseas al punto de caer en tus rodillas y lamerme hasta que me venga en esa muy talentosa boquita tuya? ¿Deseas que te agarre y te folle duro contra cuanto lugar encuentre? ¿Deseas que me entierre tan hondo en ti que te haga ver estrellas y te olvides de hasta quien eres?

Sí, sí. Ciertamente a mí la posición no podría importarme menos. Arriba o abajo siempre le sacaba el mejor provecho y goce. Pero hoy era distinto, hoy ya había venido con el claro impulso y deseo de poseer, no ser poseído. Y no iba a renunciar a ello por el hurón.

Además, después de tener ese cuerpo entre mis manos lo quería aún más. Quería reclamar ese culo refinado. Quería marcarlo. Quería poseerlo de tantas maneras que con solo pensarlo mi polla saltaba de tensión dolorosa.

Suspirando por lo bajo y ya resignado me alejé apenas lo suficiente como para encararlo de frente y ser directo con él.

En un pensamiento remoto y aislado pensé; '¡¿Cómo demonios llegamos ambos a esta situación?!', me daban ganas de gritar de solo pensarlo.

—Mira Malfoy, creo que no me has agarrado en una buena noche para ti. No que haya algún momento en concreto para el caso —murmuré por lo bajo— pero, la cosa es, que hoy es día de caza. MI caza. Hoy follo yo. Generalmente me importa un carajo siempre y cuando pueda echar un polvo de ensueño. Placer es placer. Pero hoy vine con ganas de follar duro. Vine con la clara idea de encontrar un niño bonito de culo apretado y bien dispuesto que tenga ganas de pasar una larga noche de faena sin restricciones ni remilgos... Y, por como te pusiste en cuanto dije lo de antes asumo que tú no serás.

—Pero... yo escuché...

'Pobre' -pensé un tanto divertido, el rubio se veía tan contrariado y fuera de su elemento que daba risa y pena. El pobre hurón se veía tan, desorientado, ante alguien que al parecer por vez primera en su muy pijuda vida le ponía un alto y le negaba lo que aparentemente tanto quería.

—Sí, sí Malfoy, y estoy seguro que escuchaste bien ¿de acuerdo? Tengo más de una historia en este lugar y sí, follo muy bien según me han dicho, muchas gracias. Pero NO soy una maldita PUTA Malfoy. Yo ELIJO a quien llevarme a la cama y cómo estar con esa persona. A quién tomar y a quien dejar que me tome. No sé que te ha llevado a pensar que solo por el hecho de que te hayas acercado y coqueteado conmigo como si nada en toooda nuestra muy larga y jodida historia significara absolutamente nada y fuera a dejarte hacer lo que se te diera en gana... o no, borra eso, retiro lo dicho, es obvio que siempre has conseguido lo que querías y por eso solo asumiste demasiado, demasiado pronto. Pero, como sea, yo no te voy a seguir el juego serpiente —dije sonriendo de lado a pesar de que realmente quería gritar de frustración. Mentalmente viéndome como un jodido niño de cinco años haciendo un berrinche. Y quizás un puchero porque, de pronto y de la nada yo también había estado casi, CASI a punto de conseguir un pequeño dulce negado desde hacía mucho. JODER. Me encogí ante eso—. Como dije, hoy vine con ganas de follar largo, duro y por tanto tiempo como pueda... y tú, por como te comportas, creo que es obvio que no eres esa persona.

—Pe...

—¡Joder Malfoy! ¡Déjalo caer! —me reí. Si por el ruido envolvente que nos rodeaba se difuminaba el ligero toque histérico de mi voz era solo algo pequeño por lo que agradecer.

Toda esta situación era desconcertante y bizarra. Era entrar en completa paranoia o largarse a reír. Opté por lo segundo porque realmente amaba mi cerebro y cordura como estaba... o bueno, casi como estaba... y porque quería seguir siendo lo suficientemente lúcido como para tratar de dilucidar que carajos había pasado esta noche una vez que estuviera lo más sobrio, tranquilo y solo posible. Y, si no fuera porque todo en el ambiente me decía lo contrario ya hubiera pensado que se me habían zafado todos los tornillos o que estaba delirando... gravemente. Quizás me había enfermado y estaba con una fiebre altísima y, por consecuencia, delirando como un loco... quizás.

Nuevamente le atajé en cuanto vi que estaba a punto de hablar una vez más.

Extraño... ¿Desde cuándo Malfoy soportaba tan bien un rechazo? Y peor ¿Desde cuándo era que podía ser tan malditamente insistente con lo de metérmela a mí? ¿Qué acaso no recuerda nada de lo enemigos jurados y toda esa mierda?

Me estremecí al pensarlo pero rápidamente hice como si nada fuera de normal pasara, como si esto fuera algo de todos los días -sí, claro-, y hablé con una pequeña sonrisa planteada en el rostro.

—Mira, ok, ok, quizás podamos darnos un faje rápido en los baños si quieres... pero luego ¿vale? Quizás incluso otro día. Quiero ir por allí ahora.

De verdad... ¡Esto era taaaan irrisorio! ¡Surrealista! ¿JODIDAMENTE DEMENCIAL!

Increíblemente aún medio sonriente había comenzado a girarme para alejarme en el momento en el que en verdad quise alejarme de aquel rubio tentador antes de ceder y solo terminar tomándolo allí... y tal vez, y solo tal vez hasta dejarlo tomarme a mí; fue cuando un fuerte apretón, que más bien parecía boa constrictor de lo fuerte que me apresaba, me tomó y tiró hasta quedar yo ahora de espalda a la pared con una muy, al parecer cabreada serpiente frente a mí mientras que yo me quedaba allí viendolo al más estilo bobo que pudiera tener, estaba seguro de ello porque podía sentir el tirón de mi quijada por estar demasiado abierta y la leve tensión de mis párpados que me decían que los tenía demasiado incómodamente abiertos también.

—No.

—¿No?

—No —dijo Malfoy ante mí apretando su propia quijada en respuesta.

Y ahí lo supe. Estaba jodidamente seguro.

El hurón estaba drogado con algo serio.

No creía que se anduviera metiendo cosas muggles así que, ¿Un hechizo? ¿Una poción quizás?

Podía ser. Había visto ya infinidad de casos que habían terminado mal por pociones en mal estado o hechizos mal elaborados en San Mungo.

Suspiré derrotado recomponiendo mis facciones a un estilo más profesional y me relajé un poco aún sintiendo el apriete de acero en mi antebrazo.

¡Joder! ¡Y ahí se va yendo mi noche desenfrenada! Arrg...

—Está bien. De acuerdo Malfoy ¿Por qué no me dejas que te acompañe a San Mungo para que puedan revisarte y ver que tienes? ¿Quieres avisar a alguien?

—Potter tú...

—Oye, entiendo si no quieres que nadie sepa que nos hemos encontrado aquí así que no te preocupes por eso porque yo no voy a...

Una boca tan caliente que casi le quemaba se adueñó de sus sensibles y, renuentemente dispuestos labios, haciéndolo callar de la manera más efectiva. Con un beso demoledor de sentidos e integridad.

—Maldito... y estúpido, Griffindor... de pacotilla.

Confuso por el beso y las reacciones del rubio casi ni noté cuando él comenzó a tironearme hacia una zona un poco más alejada y oscura donde aún no había la suficiente gente como para sentirse apretado... y la que estaba allí estaba demasiado metido en sus asuntos más bien privados como para andarles prestando la debida atención.

Para cuando quise reaccionar me sentí nuevamente aventado contra una sólida pared en mi espalda.

Mmm... quizás el rubio también estuviera deseando o buscando una noche ruda.

Era una pena que nuestros gustos no convinieran esta noche.

—¿Mmm?

Sí, Harry, qué genialidad de ti ¿No será mucha plática de tu parte? -pensé irónicamente mientras trataba de hacer a mi pobre cerebro volver a funcionar.

—No Potter. No iremos a ningún otro lugar que no implique una maldita cama en un cuarto privado y quizás un buen baño perfectamente equipado. No estoy drogado, hechizado, bebido, maldecido, ni nada. Lo que me pasa es que estoy terriblemente caliente. Nada más y nada menos que eso. Y sí, sé perfectamente que parece una completa e irracional locura pero no me importa. No me importa una jodida mierda ya. Llevo años aguantándome las ganas de escucharte gemir junto a mí, para mí. Por mí. Años de querer ver como te retuerces de placer bajo mis manos y labios. Años de seguir por imágenes todas las malditas hazañas que aún sigues haciendo como el maldito héroe que siempre has sido. Años de enterarme por chismes transgiversados a cuanto culo te mueves e incluso de algunos a los que les has dejado que te lo hagan a ti. Y no, no me importa cuán loco me creas. Primero no pude acercarme a ti por la maldita guerra. Depués porque en verdad creí que lo tuyo no era jugar con varitas, cosa que por cierto me alegra que no sea. Luego porque fui un paria y un renegado de todo que no podía ni soñar con estar a menos de cien metros de ti sin resultar linchado por toda una furiosa orda de fans. Luego porque pensé que...

No. Malfoy no podía estar declarándose a él, allí; así. No Draco Malfoy ¡No el jodido hurón albino de entre todas las improbabilidades!

No. No, no, no.

—Vine aquí especialmente para, intentar...

—Malfoy...

—¡No! Eres, eres como... ¡una maldita obsesión! No me importa si me crees loco o lo que sea y sé que me estoy rebajando como nunca me creí capaz de hacerlo ¡Pero ya no aguanto! —gritó entonces para mi completa consternación mientras una de sus manos tomaba mi mejilla y la otra mi cadera. Se sentía... erróneamente bien, si es que eso tenía algún maldito sentido en absoluto.

—Lo siento. Nunca supe...

Él se rió. Un poco histérico diría yo.

—Maldito Potter. Siempre el San Potter ¿verdad? —susurró con los labios pegados a mi piel.

No dije nada. Todo esto era demasiado.

Y yo que solo pensaba en salir una noche para follar. Sí, claro, ya debería de estar acostumbrado y resignado a que nada saliera como yo pretendo ¿cierto? Pero noooo...

—No sabes lo que fue verte allí. Moviéndote tan lascivo y despreocupado contra esos dos. Ver tu piel brillante de sudor y como disfrutabas de los roces, las caricias insinuantes —dijo mientras se acercaba a dejar besos ligeros por toda mi mandíbula—. Y no sabes cuanto disfruté cuando finalmente me acerqué a ti y tú solo seguiste bailando con placer y con los ojos cerrados. Te he deseado por demasiado maldito tiempo Potter y no estoy dispuesto a dejar pasar la oportunidad —sentenció mientras bajaba la cabeza hasta mamar mi cuello y chupar con fuerza mi nuez de Adán—. No hoy... No ahora.

Joder.

Esto era...

Y yo... yo quería...

Quiero, pero...

Y él...

Y, ¡Oh joder! Sus manos...

¡Mierda!

¡Jodeeeer!

—Vamos Potter, sé que tú también me deseas. Puedo sentirlo —dijo apretando mi preciado paquete que para ese entonces ya se encontraba nuevamente duro como el cemento y pesado como un bloque, y caliente, y apretado... y muy, muy necesitado. Necesitado de encontrar algún tipo de liberación, sea cual fuera.

Pero no cedería. No ahora al menos. No en eso...

Esto era como otra lucha de patio de escuela con la única diferencia de que ahora luchábamos por el poder de dominar al otro y no por ver quien era mejor o peor.

Mucho mejor. Mucho más excitante.

A carajo las consecuencias.

Malfoy no tenía ni la más puta idea de en lo que se había metido.

Lo deseaba, eso era innegable. Mi polla estaba tan dolorosamente erguida que temía se me quebrara por seguir tan confinada dentro de aquellos apretados y rígidos pantalones. Podía sentir como el líquido se escurría por la punta mojando mis bóxers y aumentando la sensación de sucia humedad.

Y cuando él tomó una vez más mi boca con la suya, cuando su lengua caliente y resbaladiza se aventuró entonces dentro de mí... fue ahí cuando ya me importó un reverendo carajo si él en verdad estaba maldito, drogado o lo que fuere. Él sería mío... y quizás hasta me dejara ser suyo, eso ya lo vería luego... por el momento...

Por el momento era la maldita hora de que me hiciera cargo de la inusitada pero realmente deseada situación.

Yo le había avisado.

Ahora tendría que aguantarse porque, esta vez... esta vez era yo el que no lo dejaría ir hasta no saciar mi propio placer. Mi propia sucia obsesión.

El maldito Draco Malfoy iba a terminar siendo mío HOY... y pobre de aquel que se atreviera a interponerse. Ni siquiera el rubio sería ahora capaz de detenerme. Estaba cegado. Me sentía tan terriblemente tentado.

Mi sangre rugía en mis sienes.

Mi boca dejó escapar un largo sonido que reconozco fue más como un rugido o bramido.

Mis manos fueron rudas cuando de imprevisto nos giré hasta dejarlo a él contra la pared a mi entera merced.

Esto sería sucio.

Esto sería rudo.

Esto sería solo calor, placer, dolor.

Esto sería completa pasión.

Esto lo sería todo porque dudaba de que fuera algo más allá del hoy.

Esto tendría que ser.

Furioso con mis propios pensamientos simplemente dejé caer mi cuerpo hacia adelante hasta cubrirlo por completo desde las rodillas hasta la nariz. Sintiendo su dureza contra la mía. Sintiendo su agitada respiración en mi piel sudada.

Sintiendo que mi maldito control se escurría por entre mis dedos y que si no hacía algo pronto terminaría violándolo allí mismo sin importarme ya nada.

Nunca había sentido mi cuerpo arder tan mal. Nunca había sentido mi sangre correr así por dentro de él.

Nunca había sentido este apriete en el pecho de querer agarrar, apretar y marcar a alguien tan mal.

Siempre sería el maldito hurón.

Siempre sería él quien le viniera a desbaratarle el mundo.

Un jadeo tembloroso resonó en mi oído y me costó horrores comprender el significado de que quería decir...

—Vámonos... ahora.

¡Por Merlín! Casi dejó de respirar.

—¿Tu casa o la mía?

No importa realmente. Cualquiera que fuera el resultado sería igual. Malfoy jodido hasta el seso y él marcando su nívea y suave piel.

—Agárrate.

Oh no. Él no iría a...

—Malfoy van a ver...

Demasiado tarde, el tan conocido y odiado tirón en el centro del estómago lo sacudió antes de que el mundo se tornara en una borrosa visión...

Bueno... por lo menos ahora solo tendría que preocuparse de hacer que el rubio no muriera de placer...

... Cosa que quizás fuera más fácil si él no quisiera hacerle todo lo que pensaba hacer.

Bueno... realmente solo quedaba esperar ¿verdad?

La alta cama con colcha de brillante raso negro y doseles con tela de plata le llamaba...

—¿Te gusta lo que ves?

Provocador.

Altanero.

Sabedor de sus encantos.

Hermoso.

—Oh, sí... Malfoy, vaya que sí.

—Y a qué esperas...

—Malfoy... Draco... Tú no tienes ni la más puta idea de en lo que te has metido. Ni la más puta idea...

Un chillido indigno fue todo lo que llegó a salir de los labios del rubio un segundo antes de que MI boca posesiva se lo tragara... junto con todo lo que saliera a partir de entonces de él.

Ni la más puta idea...

1 comentario:

  1. me encanto!!! pero quedo en lo mejor. porque eres así?, después se preguntan porque hay tantos asesinatos, por estas cosas mujer por estas cosas uno comete asesinato jajajajajajjaajjajaj soy mala, pero te quiero por brillante ja! por fis actualiza pronto si. besos ya abrazos de esta loca

    ResponderEliminar

  • RSS
  • Facebook
  • Twitter
  • FanFiction
  • Amor Yaoi
  • Youtube
    Blogger Tricks

    Wikipedia

    Resultados de la búsqueda