PAREJA: Harry Potter/Edward Cullen
RATED: ... M...
SUMMARY: La vida de Harry nunca ha sido simple... entonces, ¿porqué habría de comenzar ahora?
ADVERTENCIAS: Angst, drama,
"Imprevistos"
De todas maneras iba a tener que agradecer a todos los astros el haber sido algo prevenido -casi por primera vez en su vida-, y haber llevado consigo un par de pociones en su mochila. Unas gotas de la bendita poción para dormir sin sueños fue el truco perfecto para no enterarse de nada por la mayor cantidad de horas de ese vuelo que por dentro ya se hubo jurado mil yun veces nunca más hacer.
Jamás en su vida hubiera esperado -o tan siquiera pensado-, que casi lo primero que él viera al desbordar del avión y arrivar al aeropuerto fuera un gran y tranquilo aquelarre de vampiros -lo cuál ya era lo suficientemente extraño de por sí-, despidiendo al que parecía ser uno de ellos... junto con una humana.
Una muy muggle humana.
'Claro, él era Harry jodido Potter, de seguro estas cosas venían en su currículo o algo así ¿no? ¿Potter, vida tranquila y normal?¡Noooo! A la mierda su vida', -pensaba el moreno refunfuñando para sí.
De alguna manera fue sorprendido con una intensa mirada en su dirección ni bien terminó de pensar en ello.
Una mirada claramente dorada. No roja. No negra. No sedienta en lo más mínimo y no por humanos por lo que parecía. Quizás solo... curiosa... y terriblemente recelosa además.
Rápidamente información detallada y específica comenzó a desfilar por su mente intentando bloquear todo lo demás mientras la mirada compartida seguía y apenas notaba como otras demasiado similares se iban sumando en su dirección. Miradas idénticas pero con mayor despliegue de emociones contrariadas.
Vampiros. Talentos... MENTE.
De manera automática él tomó todos sus hilos mentales y estableció con seguridad todos sus escudos de oclumancia cortando de paso con aquella mirada que parecía haberlo sumido en una especie de trance mientras maldecía a criaturas y merlínes por haber sido tan descuidado bajando así sus barreras y el indudable hecho de aún seguir siendo perseguido por los malditos problemas aún allí y aún después de todo lo que había pasado.
'¿Vampiros? De todas las malditas cosas, ¿en serio? ¡Por Merlín! ¡¿En qué maldita absurda historia se había convertido su vida!?'
Girando sobre sus talones tras hacer el más ligero asentimiento al grupo que había cautivado pero sin siquiera cumplir con una más de sus miradas él apuró el paso a su camino.
Él quería alejarse del mundo mágico... y de todo lo mágico en general.
Vampiros entraban claramente en esa categoría estaba absolutamente seguro.
Por suerte su maldito complejo de héroe no se había activado para nada. Reconocía los signos. Esos vampiros obviamente no eran malos. Ojos dorados; vegetarianos se les decía. Cazadores de animales. Sea lo que fueran no quería tener nada que ver con ellos. Eran vampiritos buenos por así decirlo, bien por ellos. Bien por él ¿o no?
Aún así él estaba nervioso. Por más que quisiera esquivarlos, él todavía podía sentirlos tras de sí. Era escalofriante.
'¡¿Qué demonios querían con él?! ¿caso era demasiado pedir que todo el mundo lo dejara en paz? ¡Joder!'
Apuró aún más el paso, ya medio fastidiado de ser el conejillo de indias favorito del jodido destino o lo que fuere y camino a cabrearse por no poder perderlos de una vez.
.
Había podido llegar a la maldita planta baja con un muy ligero margen de tiempo ya que, obviamente, todos ellos debían de comportarse como meros humanos a favor del atestado lugar lleno de muggles en el que se hallaban.
'Vaya ventaja... ¡A Merlín gracias por los pequeños beneficios!' -nótese el sarcasmo, pensaba mientras aún corría por los muy concurridos pasillos y salas.
No, a él ciertamente no le importaba un reverendo pepino si tenía que empujar a correr para solo poder conseguir perderlos de vista y presencia de una buena maldita vez.
'¡SÍ!' -gritó extasiado dentro de su mente cuando se vio a tan solo unos cuantos metros de distancia de la salida principal antes de arrojarse de cabeza al primer taxi que encontró disponible. Algo que, increíblemente, fue demasiado malditamente fácil de lograr teniendo en cuanta de que había más coches que personas esperando y viendo con infantil orgullo la frustración de aquellos que alcanzó a ver llegar apenas milisegundos detrás de él.
Apenas pudo resistir el impulso de sacarles la lengua sabiendo que, aún en la distancia que ya el coche tomaba, ellos podrían verle. Y no, no era taaan inconsciente como para andar jugando a provocarlos así sin saber quien demonios eran y que hacían allí. Podrían ser vampiros buenos o más civiles que los que una vez conoció, pero eso no le daba ningún tipo de seguridad al respecto a lo que sea que fuera por lo cual le perseguían.
Él soltó un suspiro, un gran, GRAN suspiro cuando vio que ninguno correría el riesgo de seguirle a pesar de saber que podrían.
Su cuerpo, agotado por el viaje y sus pobres ya de por sí desgastados nervios y ahora más encima engarrotado por la previa tensión, se relajó de golpe casi lánguidamente contra el asiento del taxi mientras pensaba; podían ser vegetarianos, sí, pero si algo le hubo enseñado su vida era que nunca debía confiarse en los supuestos estereotipos. Podrían ser muy buenitos al no comer humanos, pero eso no significaba que eran necesariamente 'buenos'. Hermione de seguro estaría orgullosa de su razonamiento veloz y precavido... o quizás solo se asustara y enojara aún más de lo que ya estaba con él al notar cuan verdaderamente había cambiado. Harry no lo sabía y lo cierto es que tampoco quería saberlo. Había viajado toda esa distancia para alejarse de su patética vida y lo iba a hacer... por más vampiro suelto que hubiese. Quería saber lo que era vivir y no solo subsistir y sobrevivir.
Quería empezar a vivir.
Quería respirar.
Y eso iba a hacer... esperaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario